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Entre aromas y sabores otoñales
Mientras el ruido de las hojas bajo nuestros pies acompaña nuestros paseos, los paisajes de Lombardía se tiñen de colores otoñales y ofrecen productos típicos de la temporada.
En los árboles maduran las últimas variedades de manzana, en los bosques se recogen setas y trufas, mientras que las calabazas adornan los campos y, en las plazas y pueblos, el aroma a castañas asadas invita a disfrutar en compañía de estos momentos. Desde la cosecha hasta la degustación, cada producto cuenta una historia de tradición y pasión por el campo. Quesos curados, mostazas y especialidades locales se convierten en protagonistas de una experiencia sensorial, donde cada bocado forma parte de la cultura gastronómica lombarda
Un bocado otoñal a base de calabaza (Mantua)
La calabaza, símbolo de la cocina de Mantua desde tiempos inmemoriales, es el ingrediente protagonista de recetas que han forjado la historia de la región. Dulce y compacta, encuentra su máxima expresión en los tortelli, donde se junta con los amaretti en un elegante equilibrio, y en las sopas calientes y cremosas que reconfortan las cenas otoñales. Más que un simple producto agrícola, la calabaza de Mantua es un patrimonio cultural, vinculado a las costumbres rurales y las celebraciones festivas. Cada año, con la Fiesta delle Lumere, se respira esta tradición en las calles del centro de Mantua: las calabazas decoradas se convierten en faroles de colores y los puestos del mercado ofrecen para degustar sorprendentes variedades.
Recolección de castañas en el bosque (Bérgamo, Como, Lecco, Varese)
Recoger castañas entre el follaje de los bosques es una actividad que combina la tradición con el placer de disfrutar de un día al aire libre. Entre los lugares con más encanto de la región destaca la Ruta de las Castañas de Zogno, en Val Brembana, provincia de Bérgamo, que discurre por caminos y pueblos muy vinculados al cultivo de la castaña. Imprescindibles también los paseos por el Parque Regional de Montevecchia y el Valle del Curone, en la provincia de Lecco, donde la recolección de las castañas está estrechamente unida al patrimonio histórico de sus iglesias, villas y casas rurales. Y cuando el aroma a castañas asadas embriaga las plazas de los pueblos, la recolección da paso a la fiesta. Cada año en Brinzio, en la provincia de Varese, la Festa intorno alla Grà rinde homenaje a la antigua técnica de secado de castañas con numerosas degustaciones, música y demostraciones de métodos tradicionales para su conservación. Por su parte, en la provincia de Como, Cernobbio se ilumina cada año con el festival Castagne, streghe e dintorni, que transforma el pueblo en un pequeño teatro, repleto de mercadillos, vin brulé y cuentos legendarios para disfrutar del otoño lombardo con todos los sentidos.
Sidra, ferias y paseos en honor a las manzanas de Valtellina (Sondrio)
En las laderas de Valtellina, entre agosto y octubre, se cosecha la manzana de Valtellina IGP, símbolo de una región que combina tradición y calidad. Durante el otoño, las variedades Red y Golden Delicious en particular cobran protagonismo, acompañando los paseos por los frutales para sumergirse en un paisaje rodeado de pueblos, castillos y valles. Ya desde septiembre, la cosecha llena de vida la zona situada entre Tirano y Sondrio, sin olvidar que de las manzanas también se obtiene la sidra, fresca y espumosa, protagonista de numerosas catas de temporada. Para rendir homenaje a este rico patrimonio de sabores, se celebra la histórica Feria de la manzana y la uva en Villa di Tirano, que desde hace más de 40 años se repite cada otoño, siendo una cita imprescindible para disfrutar de Valtellina a través de sus sabores y paisajes auténticos.
En busca de setas otoñales (Bérgamo, Como, Milán, Monza y Brianza)
En otoño, los bosques de Lombardía se convierten en un paraíso para los buscadores de setas. Rodeado de hayas, castaños y coníferas, el sotobosque se llena de aromas, colores y variedades tan preciadas como los rebozuelos, huevos de rey, setas de miel y setas de campo. Es precisamente durante esta estación cuando se puede encontrar la seta más codiciada de todas: el boletus, rey de las setas, que crece en los bosques húmedos tras las primeras lluvias. Desde Val Brembana, en la provincia de Bérgamo, donde sus pintorescos pueblos y montañas se alternan con bosques espesos, pasando por Val d’Intelvi y las laderas más altas del lago de Como, hasta el Parque delle Groane, entre Saronno y Meda, podemos disfrutar siempre del placer de encontrar setas durante esta época del año entre raíces y hojas caídas. Además de ser protagonistas de paseos y excursiones, las setas también animan los pueblos y plazas de Lombardía con ferias y degustaciones con su inconfundible aroma de otoño.
La trufa negra: protagonista del Oltrepò Pavese (Pavía)
Rodeada de montañas, la trufa negra del Oltrepò Pavese crece entre las raíces de robles y avellanos, aportando a la región una autenticidad que se aprecia en todos sus aromas. Pasear por los bosques en los meses de otoño significa respirar un intenso aroma, entre hojas caídas y caminos que conducen desde los viñedos hasta los pequeños pueblos de la zona. Aquí, la trufa no es solo un fruto de la tierra, sino un hilo conductor que entrelaza sabores e historias locales. Su recolección es una experiencia que enciende todos los sentidos y que culmina en los exquisitos platos de la cocina tradicional de Pavía. Sabrosas y aromáticas, las recetas locales transforman la trufa en su protagonista, realzando el sabor de los risottos, huevos, carnes y quesos, para recordar que cada estación trae consigo un sabor único.
Un otoño gourmet entre quesos lombardos (Bérgamo, Sondrio, Lodi)
El aroma de los quesos curados impregna la atmósfera y acompaña las comidas otoñales de los valles de Lombardía. En la provincia de Bérgamo, la Toma Alta Valle es un queso que destaca por su delicada pasta semicocida y el intenso aroma de la leche de la zona, que varía dependiendo de la estación del año. En Morbegno, la Feria del Bitto nos ofrece su cita anual, perfecta para descubrir los sabores de Valtellina: desde el Bitto DOP hasta el Valtellina Casera, cada bocado nos cuenta la historia de las antiguas queserías de montaña. Se trata de un viaje a través de la tradición y la autenticidad, donde los sabores se transmiten de generación en generación. En la provincia de Lodi, el queso Raspadüra sorprende con su ritual de emplatado: el quesero deshoja el queso a mano, creando finas capas para degustar solo o acompañando platos que realzan su ligereza, como risottos, embutidos o platos tradicionales.
Al descubrimiento de la mostaza de Cremona (Cremona)
Dulce y picante, la mostaza de Cremona encierra siglos de tradición y una sorprendente armonía de contrastes. Originaria de la Edad Media y conocida como mustum ardens, una mezcla utilizada para conservar la fruta durante el invierno, se ha convertido con el paso del tiempo en un símbolo de la cultura gastronómica de Lombardía, especialmente de Cremona. Elaborada con fruta confitada remojada en almíbar y aromatizada con esencia de mostaza, cautiva todos los paladares por su equilibrio único entre dulce y picante, que la hace perfecta para acompañar estofados de carne, asados y quesos curados, pero también la convierte en un sorprendente acompañamiento que no puede faltar en las comidas de los días festivos. Y no es casualidad que cada año se rinda homenaje a este símbolo de los sabores lombardos con el Festival de la Mostarda de Cremona.