El asentamiento de Ponte in Valtellina, que ya existía en la Alta Edad Media, se desarrolló en la vertiente rética del valle, en una posición elevada con respecto al río Adda.

Rodeado de manzanos y viñedos, conserva el antiguo aspecto de un pueblo de montaña de piedra. Subiendo por el centro histórico, se llega a la iglesia jesuita de Sant'Ignazio di Loyola, del siglo XVII. Desde la plaza de enfrente, que alberga tres plátanos centenarios, se puede disfrutar de una excelente vista de la Valtellina central. Al lado de la iglesia, se puede admirar un precioso monumento verde, muy probablemente presente allí incluso antes que el edificio religioso. Se trata de la famosa "Muronée", una antigua morera blanca (Morus alba) considerada entre los árboles monumentales más importantes de Lombardía.

Rodeada de rústicos edificios de piedra, se calcula que tiene unos 600 años. Como un anciano sabio que observa en silencio la alternancia de generaciones que animan el pueblo, la gran morera es la protagonista arbórea del pueblo. Con ocho metros de altura (gracias a una antigua poda) y una circunferencia del tronco de más de 4,5 metros (diámetro de 150 cm), el árbol tiene unas dimensiones excepcionales para su especie.

Un monumento verde que se puede visitar libremente.

(Foto: Luca Pernechele)