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Milán, Zona Navigli
La historia de los Navigli milaneses empieza en el siglo XII con la construcción del primer tramo navegable: en esa época la ciudad estaba surcada por ríos y canales regulados por ingeniosas técnicas hidráulicas.
Fue hacia finales del siglo XV cuando Leonardo da Vinci diseñó un innovador sistema de cuencas de navegación que posteriormente utilizaron grandes ingenieros. Los Navigli de Milán surgen como canales artificiales navegables, utilizados para el transporte de personas y mercancía, pero también como una herramienta de riego.
Con la difusión de los medios de transporte de superficie como el tranvía y los trenes, los canales se cubrieron casi por completo, perdiendo progresivamente su función original. Esta característica del pasado de Milán puede observarse paseando por el Quartiere Navigli, en el romántico “Vicolo dei Lavandai”, y pasando por los antiguos puentes del Naviglio Grande.
Con “Quartiere dei Navigli” se hace referencia a la zona de la Dársena - el puerto de Milán - y a las calles que bordean el Naviglio Grande (antaño una conexión entre Milán y Suiza) y el Naviglio Pavese, que conectaba la ciudad con Pavía. Actualmente esta zona ha sido muy revalorizada y se considera una de las más fascinantes áreas residenciales de la ciudad. A lo largo de las orillas del Naviglio se suceden antiguos rincones de un Milán romántico: casas con balcones corridos, talleres de artesanía y antiguos lavaderos cubiertos por techos con vigas de madera.
El Barrio de los Navigli es muy concurrido. De día se pueden visitar galerías de arte, ir de compras en tiendas de artesanía y vivir el mercadillo de antigüedades (se celebra el último domingo de cada mes). Las noches se viven tomando aperitivos y cenando en los numerosos locales que lo convierten en uno de los barrios más chispeantes y atractivos de la ciudad.