Inaugurado en 2015, el museo pretende ayudar a comprender el pasado de Livigno y las dinámicas que condujeron a su presente.

El edificio que alberga el museo data de finales del siglo XVIII y presenta algunos elementos típicos de las casas tradicionales de Livigno, como la sc'tua, la cocina con el cendré (hogar) y la sala para procesar la leche, pero también características particulares, como sus considerables dimensiones (se distribuye en cuatro plantas) y el uso masivo de la piedra frente a la tradicional madera.

El museo expone herramientas y utensilios que hablan de las raíces agrícolas de este valle; fieles reconstrucciones de las estancias originales permiten conocer la vida cotidiana de antaño, como el arte del reciclaje, la transformación de la leche y las hierbas, la devoción religiosa y las creencias populares.

En la primera planta, el contraste entre tradición y modernidad es evidente.
Se relatan aspectos de la vida en el pasado, como los sabores decisivos de la cocina y el procesamiento de la lana, así como las dinámicas que han conducido al presente: el auge del turismo y la zona franca.

El desván, por su parte, está acondicionado con objetos heterogéneos, que variaban con el tiempo según las necesidades del museo.

La escalera interior de madera reconstruye un itinerario histórico: cada contrahuella presenta una fecha y un episodio fundamental de la historia de estos valles, una pista más para profundizar en su estudio.