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Esqui de fondo
El esquí de fondo es una alternativa al esquí alpino y es apto para quienes prefieren un ejercicio atlético más intenso y esquiar a velocidad moderada.
Para quienes desean pasar la semana blanca o fines de semana dedicados al esquí, los valles lombardos ofrecen numerosas oportunidades poniendo a disposición instalaciones y estructuras deportivas que permiten practicar los deportes invernales con total seguridad y diversión.
El esquí de fondo es una disciplina que permite deleitarse con los paisajes que rodean a las pistas, enriqueciendo el momento deportivo con emociones que son un regalo del contacto con la naturaleza.
Uno de los distritos más reconocidos de Lombardía es Adamello Ski, que reúne el Passo del Tonale, el glaciar Presena, Ponte di Legno y Temù. Presenta la mayor cantidad de pistas y cuenta con las instalaciones más modernas, con aproximadamente 50 km de pistas de fondo, ubicadas entre los 1150 y 3100 metros de altitud.
En Valtellina, el distrito de esquí comprende las localidades de Madesimo, Campodolcino, Motta, Montespluga y la Val di Lei con 18 km de pistas a disposición de los esquiadores para ponerse a prueba en el esquí de fondo.
En Santa Caterina Valfurva, en Alta Valtellina, el esquí de fondo se desarrolla entre bosques en dos anillos de 5 y 10 km, entre subidas y bajadas y desniveles. El trazado presenta también un difícil descenso, muy apreciado por los esquiadores de fondo más expertos.
Se pueden efectuar atractivas excursiones a lo largo de las pistas de fondo en Lanzada, en Valmalenco, donde el anillo gira alrededor de un lago congelado.
En Valle Brembana existen distintos trazados, de diversas dificultades y longitudes, entre los cuales se encuentra la pista de fondo de Carona y la de Foppolo, de 3 km de largo, con iluminación nocturna.
En Piani di Bobbio, en Valtorta, la pista de fondo Rododendro es un itinerario técnico, con abundantes subidas y bajadas, que ha sido sede de los Campeonatos italianos máster (2006) y de los Campeonatos italianos absolutos (2005). Dos trazados, de 2,5 y 5 kilómetros, garantizan diversión incluso a los esquiadores menos expertos.