Este pequeño pueblo de Oltrepò Pavese conserva todavía muy bien su parte antigua gracias a las obras de manutención y restructuración.

Las casas de Fortunato se refugian bajo la empinada pendiente de una colina, donde sobresalen la iglesia y el palacio comunal. Las calles son características de los burgos medievales, estrechas entre muros de piedra. Las casas de piedra adornadas con balcones, alféizares y  galerías  contribuyen a la atmósfera tranquila del lugar y  nos dan la impresión de encontrarnos en otra época. La parte alta del pueblo, además de tener un espacio verde muy bien cuidado, ofrece la ventaja de tener un estupendo panorama de colinas. De la antigua ciudadela  queda solo una torre y un tramo de muro; se conservan sin embargo el oratorio del siglo XVII y la iglesia parroquial cinquecentesca. La extrema atención que este pueblo  dedica a los símbolos del pasado y a su testimonio permite un perfecto equilibrio entre modernidad y tradición.