La Basílica de S. Lorenzo fue construidahacia finales del siglo I o a inicios del  siglo V.

Fuerestauradaen el ‘500 por Martino Bassi después del colapso de la gran cúpula que había abatido gran parte de la estructura arquitectónica, mientras que la actual fachada data de 1894.
La basílica sufrió tres incendios catastróficos, el incendio llamado de la cigüeña, el 19 marzo de 1071 y otros dos respectivamente en  1075 y en 1121; y en 1117 fue gravemente dañada por un violento terremoto y por ese motivo ya había sido transformada por los arquitectos medievales.

Después de apreciar las altas bóvedas, decoradas con frescos por  Carlo Urbini a finales del Cinquecento,es obligatorio descender al subterráneo donde se esconden las piedras del más grandioso monumento romano de la ciudad, el Anfiteatro.
Hay que visitar también elmausoleo de S. Aquilino donde hay presentes preciosos mosaicos, entre los más antiguos de Milán, que datan del siglo IV.

Las Columnas  de San Lorenzo -ubicadas frente  a la entrada de la basílica - son de época anterior pero fueron colocadas en el lugar al momento de la construcción de la basílica. 
En la parte de atrás de la Basílica, está presente el Parque de las Basílicas – ahora  plaza Vetra – que en una época fue un puerto pero que más tarde se convirtió en un lugar donde se llevaban a cabo torturas, ejecuciones capitales y colgamientos. De recuerdo, un monumento settecentesco en sustitución  de la  cruz precedente.